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  • Foto del escritorEMILIO MUNGUIA

LA GRACIA

Es una de las virtudes más difíciles de encontrar en las personas, pero la mayor connotación de un mundo mejor.


La gracia es un término muy utilizado en la fe, asociado a la misericordia de Dios en nuestras vidas, al amarnos y bendecirnos aunque nosotros no logremos los méritos para ganarnos esa benevolencia.


La Gracia

Muchas personas relacionan el concepto de la gracia con la gratitud, es importante conocer que existe una gran diferencia entre ellos. La gratitud es esa reacción de las personas como un acto de reciprocidad por algo que consideramos nos ha favorecido, generalmente solemos dar las gracias a quien nos hizo un favor o nos ayudó a salir de una situación adversa, por ejemplo: yo, estoy profundamente agradecido con mis padres por la cantidad de principios y valores que formaron en mí, porque eso ha hecho que mi vida esté llena de mucha felicidad y cosas buenas. Mientras que la gracia es sinónimo de benevolencia, que en síntesis significa dar o hacer algo por alguien que no se lo merece, por ejemplo: si alguien te hiere con alguna palabra ofensiva tú le respondes con una palabra que denote una cualidad positiva, es decir lejos de devolverle la ofensa tú lo bendices.

La Gracia es dar a alguien algo que no merece

Hace unos días recibí la llamada de un amigo, al cual le guardo un enorme aprecio, lastimosamente por ajetreo del diario vivir no solemos vernos ni platicar como lo hacíamos antes, pero es de esos amigos que aunque no los veas a diario sabes que siempre están ahí, nunca faltan en los momentos más importantes de tú vida, luego de saludarnos y decirnos todas esas palabras que saben que sólo se le pueden decir a esos verdaderos amigos y tras una pequeña pausa que ambos hicimos me dijo: “quiero platicar con vos porque te tengo mucho aprecio y si sé de una persona que quiere hacerte daño, yo no lo voy a permitir” lo interrumpí mientras hablaba y le contesté, ¡sabes que! ¿Qué te parece si vamos almorzar y ahí platicamos? - Claro me contestó.


Honestamente me importaba poco lo que me iba a decir, mi fe es tan grande que le he perdido el miedo a las personas que no me quieren o pretenden dañarme, porque todos los que lo han intentado han fracasado, sé que Dios ha hecho todo el trabajo por mí y siempre está alejándome del mal, lo que yo en realidad quería, era aprovechar ese momento para volver a verlo y platicar con él.


Así fue como coincidimos en el almuerzo y mientras comíamos comenzó a relatarme cómo una persona muy cercana esbozaba calumnias y mentiras a mis espaldas, en realidad no le ponía mucha atención y siempre traté de cambiarle el tema, pero luego entendí que él quería seguir con la conversación lo sentía molesto y por el aprecio que me tiene su corazón no le permitía aceptar que después de muchas veces que apoyamos a esa persona, ella se comportara de forma tan desagradecida, como sabía que él no dejaría de hablar de ese tema le prometí que iba a tomar las precauciones necesarias y que le daría un merecido a esa persona.


Después de una semana y como dice una canción “mira si es grande el destino y esta ciudad es chica” suena mi celular en medio de una reunión de trabajo, lógicamente no contesté pero al salir de la reunión veo que la persona que me hablaba era la que provocó el almuerzo con mi amigo días atrás, devolví la llamada y precisamente esa persona necesitaba algo que pocas personas podíamos hacer por ella, había cometido un error muy grande y se encontraba muy abrumada, escuché su voz cortada y nerviosa, pude sentir que de verdad pasaba algo serio. Me relató un poco la historia pero me costaba entender cuál era la situación por la que me llamaba, como no entendía lo único que le pregunté fue ¿Qué puedo hacer para ayudarte? Después de decírmelo, recordé la promesa que le hice a mi amigo, era el momento ideal para que ella recibiera su merecido y así fue… le hice el favor que tanto necesitaba y pude ayudarle en otras cosas que ni tan siquiera me pidió.


Precisamente lo que hice fue predicar el concepto que les comparto en este blog, la gracia es exactamente eso; dar a alguien algo que no se merece.


Normalmente recibo muchas críticas y regaños de mis amigas y amigos más cercanos, me preguntan por qué siempre estoy apoyando a personas que no me quieren o no son sinceras conmigo, la mayoría de ellas están esperando que cometa un error o me caiga para celebrar mi derrota, en realidad estoy consciente que si lo celebrarán, pero eso no hará cambiar mi forma de ser, todos los días le pido a Dios que aumente mi gracia, porque agradecidos la mayoría lo somos, no se imaginan la satisfacción tan grande que siente mi alma cuando hago algo por alguien que no se lo merece, espero que tú también llenes tu corazón de gracia.


Este mundo será mejor cuando todos además de ser agradecidos, tengamos gracia en nuestras vidas.




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2 Kommentare


Abby Ordoñes
Abby Ordoñes
11. Okt. 2020

Lo que Juan dice de Pedro,

dice más de Juan que de Pedro.

No lo olvides"

Quien percibe de un modo positivo a los demás suele ser una persona feliz y satisfecha con su propia vida. En cambio los que utilizan la crítica destructiva revelan tanto sus propias carencias como probablemente, una personalidad tóxica e infeliz.

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Abby Ordoñes
Abby Ordoñes
11. Okt. 2020

Todos nosotros, con esfuerzo y disciplina, tenemos la capacidad de controlar nuestros pensamientos y nuestras acciones. Esto es parte del proceso del desarrollo de la madurez espiritual, física y emocional.


¡Ánimo, sigue adelante y desarrolla tu talento natural!


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